sábado, 1 de diciembre de 2012

La orilla

12/01/2012

Bajo el sol caribe y trigueño,
veo aguas que fulminan
en las costas de este sueño
con ternura, arraigo y empeño.
Son los rojos labios aquellos
que nunca han de equivocarse
pues cuando debieron callarse
se lanzaron con amaño,
robaron a la mar el dulce
y ahora sus aguas saladas,
embravecidas con los años,
le traen cosas de antaño.
Recuerda el susurro anhelado
que la envuelve en su pasado
el va y ven que le ha traído
el mayor de los suicidios.
Gotas de luz de luna
y agua con mucha espuma
que le ofrecen en una noche,
placer envuelto en derroche.
Este río de gotas dulces
que refresca sus orillas,
mucha agua, mucha arcilla
pero nunca será su cura.
A ese mar y su locura
que siempre será salado,
seguirá siendo su amigo
pero nunca será su aliado,
desemboca en sus orillas
pero siempre estará alejado
recordándole en sus sueños,
anhelando lo no deseado.
Ese río será su amigo,
amigo de sueños mojados.

Yerard Jiménez Marte
Loco mestro

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