Deshojando rosas, acumulando experiencia,
echando los pétalos en un mismo rincón,
separándolas de sus espinas, su destino es marchitar.
Recojan el residuo, o será abono de otra generación.
Esa es mi esquina, llena de recuerdos,
de pétalos de rosas que no sienten dolor.
Dedos ensangrentados, rosas de almidón
y una rosa sobre mi mesa tienta mi inspiración.
Cuatro paredes, una rosa... un rincón.
El llanto no lo escucho, ni mis dedos el dolor,
en un lugar vacío he perdido la razón,
a una esquina miserable le entrego mi corazón.
echando los pétalos en un mismo rincón,
separándolas de sus espinas, su destino es marchitar.
Recojan el residuo, o será abono de otra generación.
Esa es mi esquina, llena de recuerdos,
de pétalos de rosas que no sienten dolor.
Dedos ensangrentados, rosas de almidón
y una rosa sobre mi mesa tienta mi inspiración.
Cuatro paredes, una rosa... un rincón.
El llanto no lo escucho, ni mis dedos el dolor,
en un lugar vacío he perdido la razón,
a una esquina miserable le entrego mi corazón.
Yerard Jiménez Marte
Loco Maestro
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