(cc) Imagen por: Esparta Palma (Flickr) |
Vivimos de fantasías,
morimos de ansiedad.
Una falla venial
que ha pagado salvajemente
con distancia y eternidad.
¡Y que renuncies a tus dudas
porque en tu mente se murmura
que estamos hechos de soledad!
Se crearon los panfletos
que marcaron el estrecho
de una huida sin necesidad...
que marcó el inicio del secreto
entre tu boca y mi calamidad.
Hasta los saludos discretos,
inmersos en el deseo
de no querernos olvidar.
Este "hola" lleno de curiosidad,
estas conversaciones de dos lineas
que finalizan antes de empezar.
Esta seriedad, este consuelo
sabiendo que estamos lejos,
sin podernos olvidar.
Este complejo, este perverso complejo
de cumplir con esas palabras
de "No volver nunca hacia atrás",
de tener que ofrecer el espacio
que nunca existió en el regazo,
castigándonos en la perennidad.
Mirándonos en el ocaso
de los recuerdos felices,
algunos otros que son tristes
y entre tonos azules y grises
el bolero de la soledad.
Estas letras no curan cicatrices
pero este silencio es más triste
que aquella falta venial
que sigue echando raíces
Bailando este bolero,
por siempre, por la eternidad
bailando... bailando quiero,
darte un beso, para olvidar.
Yerard Jiménez Marte
"Loco-maestro"
Vivir la vida un poquito, por +Yerard Jiménez Marte
, se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Este poema está inspirado en algunos escritos de Joaquín Sabina y el título es por aquella canción titulada: "La conocí en la estación".
ResponderEliminar-Amen, así, sin tilde.